martes, 30 de diciembre de 2008

Al levantar... (microrrelato)


La media hora que pasó tumbado en el sofá le hizo confiar en que al levantarse no quedase rastro de lo vivido, que de nuevo todo empezase y pudiesen corregirse los errores, una nueva oportunidad para llegar a ser quien quiso ser y no pudo. Un nuevo nacer y un nuevo reencontrarse con sigo mismo. Alzó una pierna haciendo el esfuerzo por levantarse, pero la pierna seguía siendo la misma, si se levantaba ahora nada cambiaria, sabia que tenia las mismas posibilidades de enmendar esos errores levantándose que quedándose tumbado a esperar que de una forma mágica se le concediese una nueva oportunidad.

Preciosa Luz (2ª parte)

El caballero echaba de menos a su hada, seguía con la esperanza de que cualquier día pudiese volver, esperanza cada día mas mermada, pero tuvo que sacar fuerzas de donde no existían para empezar a convencerse de que tenia que seguir adelante solo, quizás toda su vida. Su larga lista de problemas por resolver quedaba eclipsada por la angustiosa melancolía que le inspiraba su permanente recuerdo.

No sabia por donde empezar, pero tenia claro que sus problemas de ahora en adelante tendrían fácil arreglo, ninguno era tan costoso como el que le tocaba superar. Su vida tenia cuatro sentidos y uno de ellos tendría que ser desechado, sin duda el más importante. Sin bastones para ayudarse a caminar ni ánimo para emprender su nuevo viaje al caballero no le quedaba más remedio que seguir adelante. Quizás se arrepentiría el resto de su vida por pensar en un futuro que no hizo todo lo que pudo porque el hada volviese a su lado, pero en estos momentos él sabe bien que ha hecho todo lo posible, y que el resto no dependía de él. El desamor se había pronunciado, y el caballero tendría que respetar su discurso.

Si alguien debía arrepentirse en un futuro no sería el, sí por lo que no hizo a tiempo, pero nunca por sus esfuerzos por volver. El vendería todos sus logros por volver a su lado, pero ella nunca seria capaz, ni el se lo pedía, pero eso ella no lo entendía, tiene sus razones el hada, y el caballero perfectamente las conocía y las comprendía en profundidad, pero son tan difíciles de respetar...

El caballero se iba a esforzar mucho por seguir adelante, seguir avanzando tras este parón, su evolución debería continuar, pero no tenia ni idea de por donde empezar...

(Continuará, sea como sea...)

lunes, 22 de diciembre de 2008

Preciosa luz.

Allá donde la nieve es celeste por reflejos con el cielo y el sol y la luna comparten el día y parte de las noches caminaba un caballero desterrado y condenado a vagar sin destino.

Una noche se encontró en mitad de un bosque, y allí decidió pasar las horas hasta haber descansado lo suficiente. A la mañana siguiente con los primeros rayos del sol el caballero noto un leve peso en su hombro, y al echar la mirada hacia él vio a una pequeña especie de hada apoyada sobre él, que dormía plácidamente.

El caballero se volvió a tumbar de nuevo a esperar que la extraña, pero bella hada, terminase de descansar. Al despertar la preciosa hada comenzó a revolotear alegre a su alrededor y el caballero rió a carcajadas. Al buen rato el caballero le preguntó:
- Precioso ser, ¿que haces aquí?, ¿Por qué ha escogido un ser tan perfecto como tú un hombro tan curtido como el mio?
- Déjame estar a tu lado siempre, y por siempre serás feliz.

El caballero tras la respuesta de la hada comenzó a reír de alegría, sabia que ese hada era lo que le faltaba a su ser para estar completo. No obstante la hada siguió comentando:
- Debes ser cuidadoso, merezco ser feliz en todo momento, tu trato hacia mí tiene que ser perfecto, porque así lo merezco yo, de lo contrario podrías perderme para siempre.

El caballero ilusionado por su compañía en el camino afirmó a todas sus condiciones que sí, sin saber que 3 años mas tarde no había cumplido ninguna. El caballero al ver que el hada cada día era mas y mas infeliz supo que no podía ser tan egoísta como para aguantar su compañia solo por él, el hada debía ser feliz por siempre. Y hablaron. El Hada se despidió con un hasta luego, y el caballero enamorado de su compañía esperaba volvérsela a encontrar en el justo momento en el que tuviese las cosas en su sitio, la cabeza bien asentada y su situación muy clara. Solo así podría hacerla feliz en su compañía.

El Caballero prosiguió su camino en soledad, superando numerosas adversidades por sí solo, pero no aguantó demasiado, a los escasos meses comenzó a añorar la compañía de la hada, y sabia que entre todas las hadas que pudiesen existir en la tierra, esa era el hada perfecta, y sabia que podría perderla si deja pasar demasiado el tiempo.
Desconsoladamente empezó a viajar en busca de ella, y no tardó demasiado en encontrarla. al verla se quedó perplejo, se dio cuenta verdaderamente de que era el hada perfecta, este tiempo le había hecho reflexionar mucho y ahora estaba dispuesto y convencido de que el hada siempre seria feliz a su lado, a diferencia de los años anteriores. Pero el hada tenia otra opinión, el hada estaba convencida de que el tiempo que pasó no había sido suficiente, el hada pensaba que el caballero debía recorrer muchas más aventuras antes de volver con ella, que aún debía aprender y que si volviera ahora a su compañía todo seguiría igual que antes, una pesadilla. El caballero, no sin razón, estaba convencido de que si la perdía ahora la perdería para siempre, ya que estaba seguro de que el hada encontraría tarde o temprano a un caballero más valiente, grande y fuerte que el en cualquier momento, y eso podría hacer que el hada nunca más se interesase en ofrecer su compañía junto al caballero.

Desconsolado, el caballero no tuvo más remedio que proseguir en soledad, aunque el hada le prometió que al menos iría a visitarlo de vez en cuando allá donde estuviese. Pero al caballero eso no le consolaba, su convencimiento sobre el "o ahora o nunca" que sospechaba ocurriría le hacia repetirle constantemente el ofrecimiento a que vuelva a su compañía, pero lo único que conseguía con eso era entristecerla al hacerla recordar los bellos momentos que pasaron juntos en los últimos años, bellos pero infelices.

El caballero viviría a partir de ese momento con la esperanza infinita de que el hada algún día volvería y compartiría el resto de batallas por luchar junto a su compañía. Pero lo cierto es que hasta ese momento nada tendría demasiado sentido. No desitiria nunca a volver a estar con la preciosa hada.


... (¿Continuará?)