martes, 18 de noviembre de 2008

Seria ñoñeria.

Cada vez que conocemos a alguien que nos gusta por algo casi siempre insconcientemente solemos rellenarla con idealizaciones. Todo aquello que no conocemos de esa persona nos lo imaginamos tirando al alza, hasta el punto de convertir a esta persona en una idea de algo que deseamos. En la mayoría de ocasiones terminamos por darnos cuenta de que es una persona normal, o más superficial, con menos fondo de lo que nos la habíamos imaginado, pero en alguna ocasión se da el caso de que aunque esa persona no se corresponda al 100% con lo que nos habíamos imaginado es ya lo suficiente como para querer comprartir tu tiempo con ella.

La aspiración de nuestro subconsciente es más alta que la racional. Esto determina nuestra pretensión, que a su vez es condicionada por nuestra seguridad personal y el resultado es nuestra capacidad para imaginarnos lo que no conocemos de las personas antes de conocerlas.

Casi siempre nos equivocamos al elegir por necesidad, porque otorgamos lo que buscamos a quien nos apetece, sin querer rascar demasiado con la moneda para al final leer un "Sigue buscando" que viene a decirte algo así como que te has vuelto a equivocar y te arranca la más mínima esperanza de que esa persona fuese quien tu deseabas.

En otras ocasiones la encuentras, eres feliz y te comes una perdiz, pero "el tiempo" (que es el villano de este comic) dispara con fuerza ascendente a cada paso y se acaba enfermando de rutinas, para que al final la monotonía y el aburrimiento rompan toda la magia existente. Otros villanos también lo pueden determinar.

Hay quien se acostumbra a vivir con el famoso "tiempo" y sus secuaces, pero me resulta harto complicado de entender.