sábado, 25 de octubre de 2008

Por una canción.

¿Nunca te ha pasado que estas muy animado pero escuchas una canción y te vienes abajo? ¿O estas deprimido pero escuchas una canción y te entran ganas de saltar, te olvidas de tus problemas y sales a correr de felicidad?:


Canción primera:
(Pretty Noose - Soundgarden, Little sister - Queen Of The Stones Age)

Domingo por la mañana, sábado de juerga y te despiertas solo. Te sientes imbecil, no sabes por qué bebiste tanto ni en que te has dejado todo el dinero que sacaste anoche. Te acuerdas de que el Lunes tienes un examen, no tienes nada para desayunar y ya todo está cerrado. Te vuelves a la cama tras una leve visita a la cocina y pones algo de música.

Nada más poner la canción una sensación endorfínica invade todo tu ser y te eleva al grado más absoluto de la felicidad conocida. Entonces te duchas a gusto y sales a la calle, llamas a los colegas pa tapear, sales a pasear solo o acompañado o le haces una visita al centro comercial más cercano e improvisas una sesión de cine (y ves esa peli que nadie queria ver contigo). El dia no va a ser un dia para recordar, pero eres feliz, y todo gracias a esa canción que de repente activó en tí como si de una droga se tratase el sentimiento de felicidad más absoluto posible.

Llega la noche y aún siguen sus efectos, pero al acostarte te rayas y te vuelves a sentir imbecil. Mañana será otro dia.


Canción segunda:
(Recuerdos de una noche - Triana, Shine On Your Crazy Diamond - Pink Floyd)

Viernes por la tarde, el fin de semana ya ha llegado y tienes planeado no parar, pero al llegar de clases has puesto música, un DVD cargado de Mp3, estabas buscando un LP de "The Mars Volta" que te dá buen rollo pero en su lugar empieza a sonar un melancólico tema que te viene al dedo o bien por tu situación personal reciente y lo sucedido, o te hace recordar cosas o simplemente su deprimente sonido te hunde dada tu fragilidad emocional en las ultimas semanas.

Te tumbas en la cama y empiezas a rayarte. Pero no pasa nada, has quedado en dos horas para echar unas cervezas y es lo que vas a hacer, te vas a animar y no vas a decaer en ningún momento.

La segunda jarra se hace super pesada, desearias haberte quedado en casa, tu careto lo dice todo y todo el mundo lo nota, pero nadie dice nada. Te vas antes de lo previsto. Llegas a casa y tienes ganas de llorar, pero sabes que si sueltas la primera lágrima se abre la veda, y eso puede tener consecuencias fatídicas. Te pones una comedia para no pensar demasiado, y aunque nada te hace gracias la película por mala que sea te entretiene lo suficiente como para dejarte dormido sin darle demasiadas vueltas a las cosas.

Te acuestas con la mente en blanco. Mañana será otro dia.



Lo mismo puede ser aplicable al cine, o la literatura, pero nada es tan inmediato como una simple canción. Nos estimulan y nos adormecen, nos alegran y nos entristecen. La musica es el alimento del alma, aunque a veces esté envenenada.