jueves, 6 de noviembre de 2008

Dialogo entre la sombra y el caminante.

La sombra- Hey, hace mucho que no hablas contigo mismo, que no te escuchas.

El caminante- ¿Quien eres?, ¿De donde viene esa voz?.

La sombra- Soy yo, tu sombra. Quiero escucharte como hace años que no lo hago y ya es hora.

El caminante- ¿Mi sombra?, me estoy volviendo loco...

La sombra- Ya, es normal tu reacción, no intentes explicarlo, simplemente me escuchas, ese es el hecho, así que habla. Cuéntame.

El caminante- Bueno, eso es cierto, te escucho y no intentaré buscarle una explicación lógica, simplemente lo aceptaré. Pero dejame preguntarte ¿Por que tantos años sin hablarme, y de repente ahora...?

La sombra- Y de repente ahora se dan las condiciones para que reflexiones, y ya que no lo haces solo he pensado ayudarte, ese es mi trabajo, así que deja de preguntarme y habla. Tu sabes a lo que me refiero, reflexiona conmigo. Cuentame, pero no esperes consejos por mi parte, ni siquiera respuestas o darte pié para que sigas como si asintiera a modo de respeto a tus palabras.

El caminante- Pues empecemos, ahora tengo tiempo y nada que hacer.

La sombra- Pues adelante.


El caminante y su discurso:

El camino:
El camino realizado ya no me interesa, tan solo las experiencias que me ayuden a seguir avanzando, con ellas me quedo. El camino que aún está por andar tampoco me interesa, sí como finalidad última, pero lo que me acontece ahora, lo que domino y está en mi mano es el pasado reciente y el futuro próximo. Por ellos sigo aquí y sobre ellos debo reflexionar mientras actúo en consecuencia de las mismas.

La soledad del caminante:
La primera cuestión que se me plantea es si es posible alcanzar la plenitud en soledad o por el contrario es necesario una compañia constante. Nietzsche lo tenia claro, él vivió en soledad la mayor parte de su vida, y quizás por ello no se realizó en su totalidad. Quizás haya tiempo para todo mientras no sea tarde para buscar compañia, pero la soledad hasta cierto punto puede ser peligrosa, aunque eso a mí no me preocupa, ni me siento solo ni tengo una edad madura aún.

Sobre el amor y otras mentiras a medias:
La existencia del amor no me preocupa, al igual que no me preocupan tantas otras pseudo mentiras de dudosa existencia como podria ser la existencia de un dios, el cual si existe como si no en mi vida no debe ser tenido en cuenta a no ser que se evidencie. El amor se evidenció, pero se fué sin decir adiós y esto cuestiona parte de su existencia. Por ello no debe procuparme la verdad de tales cosas, no deben ser buscadas aconciencia, sino que devienen de la experiencia de la vida. La felicidad, la paz y la virtud son otras mentiras a medias, a menudo sobrevaloradas.

Y de la libertad encadenada:
En ocasiones te sentirás levitante como una hoja seca aupada por una leve corriente y creerás que lo puedes todo, pero lo cierto es que no podrás escapar de la corriente, ella es la verdadera conductora de tu vida, y aunque escapes de ella sabes que o volverás o habrás perdido el juicio y la partida. Las corrientes te marcan unas pautas mas o menos precisas y de ellas nunca nos salimos, son las cadenas de la libertad en el siglo XXI.




Oda personal, libre y actualizada a un fragmento de "El caminante y su sombra", singular obra de F.Nietzsche.