Ya he aguantado muchas horas muerto, y me muero por vivir. Estoy ansioso por que la veleta se mueva y por fin apunte a una dirección concreta. Hasta entonces más de lo mismo, nada.
La esperanza un enemigo, y la tristeza el peor aliado. Todo se decide y yo sin nada que decir. No espero respuestas, solo escuchar, y si tengo algo que decir hablar, hablar sin decir nada.